Imagínate un guerrero antiguo, enfrentando desafíos diarios en un mundo hostil, donde cada día era una batalla contra el entorno y las circunstancias. Para estos guerreros, la naturaleza era su aliada más poderosa. Entre sus secretos, se encontraban ciertas plantas que les ayudaban a mantenerse fuertes, enfocados y equilibrados incluso en las situaciones más extremas. Esas plantas eran conocidas como adaptógenos.
Hoy en día, aunque no tengamos que luchar con espadas ni escudos, nuestras batallas modernas siguen siendo agotadoras: largas jornadas laborales, preocupaciones constantes y un ritmo de vida que no da tregua. Los adaptógenos han renacido en este contexto como aliados naturales que nos ayudan a lidiar con el estrés y restaurar nuestro equilibrio interno. Como explica Panossian (2017), estas sustancias son capaces de modular la respuesta del cuerpo al estrés, actuando a nivel del sistema nervioso central y regulando hormonas clave, como el cortisol, para ayudarnos a mantenernos en calma y enfocados, incluso en los días más intensos.
Entre los adaptógenos más destacados se encuentra Ashwagandha (Withania somnifera) ver este producto , una raíz utilizada desde la antigüedad en la medicina ayurvédica por sus propiedades restauradoras. Panossian (2017) señala que Ashwagandha es conocida por su capacidad para reducir los niveles de cortisol y mejorar la resistencia física y mental en situaciones de estrés elevado. No es simplemente un estimulante energético, sino una planta que ayuda al cuerpo a adaptarse mejor a los desafíos, promoviendo la recuperación y restauración del equilibrio de forma natural y sostenida
Los adaptógenos también tienen un papel fundamental en nuestro sistema inmunológico. Kaur et al. (2017) sugieren que estos aliados botánicos van más allá del simple alivio del estrés; interactúan con rutas bioquímicas complejas, fortaleciendo nuestra capacidad para resistir no solo las adversidades cotidianas, sino también para reforzar nuestras defensas naturales.
En esencia, los adaptógenos son como viejos amigos de la naturaleza que han regresado para recordarnos cómo enfrentar nuestras batallas modernas con resiliencia y equilibrio, tal como lo hacían los guerreros de antaño ¿Conocías información con respecto a estas plantas?
Referencias:
Davydov, M., & Krikorian, A. D. (2000). Eleutherococcus senticosus (Rupr. & Maxim.) Maxim. (Araliaceae) as an adaptogen: A closer look. Journal of Ethnopharmacology, 72(3), 345-393.
Kaur, P., Robin, Makanjuola, V. O., Arora, R., Singh, B., & Arora, S. (2017). Immunopotentiating significance of conventionally used plant adaptogens as modulators in biochemical and molecular signalling pathways in cell mediated processes. Biomedicine & Pharmacotherapy, 95, 1815-1829.
Panossian, A. (2017). Understanding adaptogenic activity: Specificity of the pharmacological action of adaptogens and other phytochemicals. Annals of the New York Academy of Sciences, 1401(1), 49-64.
Panossian, A., & Wikman, G. (2010). Effects of adaptogens on the central nervous system and the molecular mechanisms associated with their stress-protective activity. Pharmaceuticals, 3(1), 188-224.
Panossian, A., Wikman, G., & Wagner, H. (1999). Plant adaptogens. III. Earlier and more recent aspects and concepts on their mode of action. Phytomedicine, 6(4), 287-300.
Rege, N. N., Thatte, U. M., & Dahanukar, S. A. (1999). Adaptogenic properties of six rasayana herbs used in Ayurvedic medicine. Phytotherapy Research, 13(4), 275-291.